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Carta al Presidente de la Unión de Cofradías Penitenciarias de Cáceres.

martes, 17 de abril de 2012

Cáceres, a 13 de Abril de 2012.

Estimado Presidente de la Unión de Cofradías Penitenciarias de Cáceres:

Le escribo para comunicarle una serie de incorrecciones y posibles medidas para evitar las primeras, con el fin de que la Semana Santa cacereña (declarada de Interés Turístico Internacional), no se convierta en el “circo” en el que año a año está degenerando esta tradición. Como ya hay “costumbres” que se repiten en las procesiones, este año -y sin poder aguantar más la pantomina que se está formando- he decidido ir apuntando todas aquéllos actos, incongruencias y faltas de respeto que se dan por parte tanto de los hermanos cofrades de las distintas Hermandades -siempre buscando la generalización, sin ceñirme a una procesión o Cofradía en concreto- como de los espectadores, quienes también deberían de moderar su comportamiento.

Así pues, procedo a escribirle cuanto antes una breve reflexión sobre este “circo” en Semana Santa, con el fin de hacerle que comprenda, lo que de verdad hay, y para -por si fuera posible-, aplicar ciertas limitaciones.

Para este análisis, parto sobre todo de las procesiones en las que los hermanos cofrades van sin verduguillo, capirote o cualquier otro elemento para cubrir el rostro. Hay cofradías, que dependiendo del rol desempeñado por el penitente -bien carga, bien escolta- llevan o no el rostro tapado. Da la coincidencia, que en todas en las que la primera circunstancia se da, más niños pequeños y chicas adolescentes procesionan; los primeros para que las vecinas y amigas de su madre puedan ver lo guapo que va, las segundas (bien maquilladas y peinadas) para que sus amigos puedan hacerlas bien de fotos -yendo con unos aires de superioridad inauditos en una fiesta religiosa de tanto calibre-. Es decir, que como se les puede ir viendo la cara -pudiendo ser reconocidos por el resto de espectadores-, los cofrades prefieren ir de carga (es de carga generalmente como se va descubierto) para que se les pueda ver bien (véase así el caso de las Cofradías de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Misericordia, y la de los Ramos, Cristo de la Buena Muerte, Virgen de la Esperanza y San Juan Bautista, donde se dan “jaurías” de niños menores de 8 años “custodiados” por chicas adolescentes de menos de 17, procesionando ambos por mera apariencia -los primeros por su madre y las amigas de su madre y las segundas por sus amigos-).

Una forma de acabar con esto, es obligando a todas las cofradías la implantación de verduguillos y capirotes, pues de procesión se va a hacer penitencia (no a pasearse bien guapo por las calles con el único fin de ser reconocido y darse importancia), y la penitencia -es decir, el sufrimiento a cambio de cumplir una promesa o por haber pecado- debe ser privada y anónima (al igual que todos aquéllos penitentes que, pies descalzos, cargan con un madero a la espalda; esos tienen la admiración de todo el público, y ninguno puede ser reconocido).

Otra cosa mínima que debería ser obligatoria sería que el Hermano Cofrade esté bautizado y haya hecho la Primera Comunión; de esta forma, se asegura que en la procesión haya niños con una formación cristiana básica, que sepan por qué procesionan, que tiene un significado y unas connotaciones espirituales. Igualmente, para ser hermano de carga, se debería hacer el Sacramento de la Confirmación, teniendo así la persona una formación católica superior y -debido a su mayor edad- una altura y una fuerza física suficiente como para poder llevar el paso. Así, la distribución de roles quedaría de la siguiente manera: Entre 10 (Comunión) y 17/18 años (Confirmación), obligatorio hermano de escolta; a partir de la Confirmación, elección de carga o escolta. Eso sí, siempre con el rostro tapado, pues se trata de una procesión penitenciaria, no un desfile.

Igualmente, y para facilitar el tránsito de las distintas Procesiones y con el fin de que su vistosidad sea mejor, habría que vallar las distintas calles por las que pasa esta, de tal forma de que la gente no se cruce por el medio de la procesión, suponiendo un problema tanto a los hermanos cofrades -pues molesta bastante ver cómo se cruzan, dificultando el paso de éstos-, una falta de respeto hacia las Imágenes, penitentes y devotos, y sobre todo para que no sean molestados los demás espectadores, quienes -en la mayoría de los casos- llevan esperando horas para que justo cuando viene su objeto de devoción y espera, sean molestados porque ha cruzado alguien y tiene que meterse entre el público, para no quedar en medio de la marcha -y eso en el mejor de los casos, porque tampoco hace gracia que se ponga alguien que ha llegado hace un minuto delante de otra persona que lleva esperando horas-. También se evita que los cofrades salgan de la Procesión, para ir al servicio o directamente para irse a casa -he aquí la gran devoción y penitencia que sufren-. A su vez y para dar seguridad, sería recomendable presencia policial tanto en la vanguardia como en la retaguardia de la procesión.

Como última medida, propongo la supresión de los “pasos infantiles”, sin tradición ninguna y creados hace un par de años con el fin de que los chavales de 12/13 años puedan sentirse mayores por un día portando un Cristo; y es que no hay que olvidar, que ante todo, son niños, así que ya tendrán tiempo de crecer y cargar un paso de verdad. Curiosamente, sólo he visto dos Cofradías que hayan implantado esta nueva moda: La del Nazareno y la de Ramos, una coincidencia que tal vez se dé porque tal es el número de niños que van de carga sin tener edad para portar un paso, que han tenido que crear uno para que no haya stock. Tampoco estaría de más recordar a los espectadores que las saetas no se aplauden, pues son una oración en forma de canto personal de devoción hacia Cristo o la Virgen -según convenga-.

En resumidas cuentas, Cáceres posee una Semana Santa preciosa, de Interés Turístico Internacional. Tenemos que intentar entre todos mantener este status y hacer honor a tal distinción, procurando que la Semana Santa recupere la devoción y espiritualidad perdida, pues va camino de convertirse en un “circo” donde en lugar de leones, elefantes y payasos habrá cristos, vírgenes y hermanos de carga respectivamente; pues la Semana Santa se compone de olor -el del incienso y flores de primavera-, sonido -el de las bandas y agrupaciones instrumentales- y sobre todo, luz -la de los cirios que portan los hermanos de escolta, en peligro de extinción por mero hecho de ir con el rostro cubierto-.

Así pues, me gustaría que se tomasen en cuenta estas recomendaciones. Le escribe una persona que es hermano de la Pontificia y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Misericordia, y que años ha, salía de escolta, pero que por estas circunstancias en esta carta descritas, ha perdido las fuerzas, la fé y la devoción necesarias para formar parte activa y directa de la Semana Santa de Cáceres, al ver cómo prima la apariencia y la importancia de procesionar sobre la espiritualidad y fé católica.

Un cordial saludo.


PD: Le adjunto dos fotografías en las que se muestra la “otra Semana Santa”, la que no interesa que salga en las guías turísticas pero que los foráneos también ven y cuentan:

"Educación" y verdadera devoción
de dos "cofrades". No hace falta
dar más explicaciones.
Esto es lo que acaba sucediendo
cuando participan niños
pequeños. Una estampa
lamentable.




El Sabino Arana del s. XX.

viernes, 30 de diciembre de 2011
Hay personas que día a día, semana a semana, año a año, marcan tu vida, para bien o para mal. Suele ser inconscientemente, y el marcado no suele darse cuenta de ello hasta pasados varios años. He leído recientemente en columnas de periodistas bastante importantes -Pérez-Reverte creo que fue el último del que he tenido noticias- sobre sus profesores. Bien, yo también voy a hablar de uno de ellos.

El profesor al cual le "dedico" esta entrada, se llamaba Txema. Era un profesor de los de la vieja escuela -no como los super especializados de hoy en día, que tanta especialización para no enseñar nada-, de los de sota, caballo, rey, que enseñaba matemáticas, lengua, conocimiento del medio, educación física, religión... Y euskera. Era el tutor del "B", y a nosotros nos daba esta última. Creo recordar que fue profesor nuestro Tercero y Cuarto de Primaria, es decir, servidor tendría una edad de unos 8-10 años; esa edad en la que la personita empieza a tener sus primeros contactos con el mundo racional, adentrándose indirectamente en los peligrosos mundos de la religión y la ideología que a la postre marcarán al adulto.

Yo por aquéllos años, era una persona inquieta en clase. Era buen alumno, me portaba bien para que no me castigaran -evitando así un castigo mayor en casa-. Hacía lo mínimo para no tener problemas: Los deberes -el último día pero hechos-, estudiar -el último día pero estudiado- y no liarla demasiado en el cole -al menos con el profe delante-. En clase yo era una persona extrovertida, que se aburría y distraía con facilidad -y si había elementos faunísticos acechando por la ventana más-. Euskera era el culmen del aburrimiento y distracción.

Txema por el contrario, era un profesor alegre, cincuentón -casi sexagenario diría yo-. De cara larga y sonriente, pelo canoso y coleta -pese a sus años-. Solía ir con modernas gafas de sol. Era una persona tradicionalista pero moderna; lo mismo le quedaban bien las gafas de sol que una txapela. Tenía una voz melosa, a veces incluso empalagosa, por lo que no era difícil creer todo a pies juntillas, caracterizada por un fuerte acento vasco. O así lo recuerdo yo, tantos años después.

En clase, entre verbo y declinación, nos contaba cosas, sus opiniones y vivencias -como todo profesor de vieja escuela-. Más de diez años después, siendo yo ya una persona con seso suficiente y con una capacidad crítica superior a la que podía tener con 10 primaveras, puedo analizar mejor aquél profesor y lo que nos contaba en clase. Era un tipo creyente, religioso y tal vez practicante. Entre otras muchas batallitas de abuelo Cebolleta, nos contó que una vez, su hija tuvo un problema -no estoy muy seguro, pero creo que era una operación; vamos, que ya estaba encargando el traje de madera-. Él, fue a la Basílica de Nuestra Señora de Begoña, y Nuestra Señora libró a la hija de Txema -no sé si del otro barrio o de la operación, pero supongo sería lo primero-, insistiendo en que tuviéramos fé. Puede que sea un dato pequeño para adjetivar de esta forma a una persona, pero entre otras muchas cosas, nos enseñó a recitar el Padrenuestro en vasco, y una vez nos lo sabíamos, lo cantábamos, como si en eucaristía estuviéramos... -y debió de surtir efecto, porque años después, aún me sigo acordando del Gure Aita zeruetan zarana...-.

También nos hablaba de los "peligros" de la vida. Nos lo decía metafóricamente, para que nosotros -infantes-, lo captáramos mejor. Nos enseñó a tener respeto, a elegir nuestras amistades... Muy filosófico el tipo. Abundantes eran sus parábolas, pero el tiempo las ha ido enterrando.

Lo que más yo recuerdo de Txema, es su nacionalismo vascongado -tal vez ligado a su condición de profesor de euskera-. Nunca dijo nada en contra de España, pero tenía un odio especial a los Reyes Católicos. No sé por qué, pero frecuentes fueron sus charlas en contra de ellos. A mí por aquél entonces, ya me caían bien las Católicas Majestades, unido a que siempre he sido demasiado crítico y que nunca me ha gustado que me impongan una opinión por que sí, pensaba "este tío es tonto". Mientras el resto de mis compañeros caían en la melosidad de sus palabras, yo era -una vez más- el rarito que no podía concebir que doña Isabel y don Fernando fueran malas personas. Nunca dijo nada contra Carlos I o contra Felipe V -más fáciles de criticar por el tema foral- o incluso contra Franco y su censura. No. Él la tenía cogida con ellos dos, con nadie más.

Se podría decir que Txema era un nuevo Sabino Arana enmarcado un siglo después de éste. Católico, creyente fervosamente, defensor de las vascongadas... Con coleta y gafas de sol. Un tipo que sabía lo que quería y lo que no quería, fruto de leer, pensar y criticar. Nada que ver con los nuevos sabinoaranas adoctrinados por el "España=malo. Euskaldunok>fasciespañoles. =>Independicémonos". No era de esos que dice cosas que el pueblo quiere oír, haciendo que le sigan una panda de corderitos hipnotizados por palabrería bonita, tergiversada y demagoga. Txema tenía más clase. Txema lo soltaba a niños de diez años. Si me quieres creer, bien, si no, ya tendrás tiempo de creer lo que quieras. Hay formas y formas.

Llegué a sentir asco por el euskera -una "lengua" con la que podías ir a Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y un cachitín de Francia-. Llegué a sentirme avergonzado de haber nacido allí, pues en seguida me dí cuenta del percal que había a mi alrededor, de odios intestinos en una sociedad en la que o callabas, o decías lo que otros querían escuchar.

Después de tantos años, me doy cuenta que Txema no era malo. Tenía sus ideas. Ideas buenas -algunas han calado hondo en mí-. Se podía discrepar o no, pero no imponía su opinión, la daba. Tan diferente él de los nuevos Sabinos o los nuevos Cambós, maquetos y charnegos que basan sus teorías en ideas románticas sin pies ni cabeza.  O tal vez era igual que ellos, pero a mí es la idea que me queda de él. Ya jubilado, seguramente no vuelva a saber nada más de Txema. Es una lástima, pues sinceramente me gustaría saber sus por qués, tener una charla ex-profesor ex-alumno. Seguramente ahora mismo, esté disfrutando de su jubilación, Deia en mano y escuchando a Mikel Laboa, fiel a sus ideas. Por mi parte, se la ha ganado.

Por cierto, mi abuela está bien, gracias por preguntar.

¿Por qué "Albus & Niger"?

lunes, 31 de octubre de 2011
Leyendo en Internet otros blogs y webs de opinión, me he percatado de que la gran mayoría de todos ellos tienen algo de lo que el mío carece: Una presentación, es decir, sobre lo que trata, el por qué del nombre, etc. Así pues -y para tener un blog "como Dios manda"-, he decidido hacer yo la mía, año y medio después de su apertura.

¿Por qué decidí hacer un blog? Bueno, mirara donde mirara, veía escenas o noticias que hacen a uno pensar, y como estos pensamientos llega un momento en que no entran más en la cabeza, para que no me reventara, decidí redactarlas, teniéndolas siempre ahí. De esta forma, mis ideas quedaban plasmadas en diversos lugares de la red, a vista y disposición de mis conocidos, los cuales -llamados por la curiosidad de leer qué escribe un loco-, más de uno me comentó sobre dichos escritos -lo típico vamos, que si tenía razón, que si me expreso muy bien...-, pelotilleo, o tal vez tuvieran razón. Así pues, visto que no disgustaban en exceso mis pensamientos y mi visión del mundo y de la vida, pensé «¿por qué no compartir esto en lugar de con 40 tíos con 400 millones? Total, al que no le guste, que no vuelva a entrar y santaspascuas». Con esto, inicié mi pequeña aventura bloguística.

Siguiente paso, la temática; y qué mejor que la sociedad en sí misma, en su conjunto, qué hace la gente "mal" -subjetivamente escribiendo, claro está-. Por qué actúan de una forma y no de otra, en desacuerdo con sus ideas, guiados por  la moda, por el qué pensarán, lo "guay" y lo moderno, cayendo en hipocresías y cinismos.

Visto que el repertorio era bueno -pasable al menos- y más o menos definido, llegué a la parte más difícil de todas, la más importante y la que a la postre definiría la esencia del blog: La elección de un título, un nombre que le quedará para siempre y con el cual será conocido a los ojos del resto de la red. Pensé y repensé, con algunos buenos y otros no tanto, algunos puede que mejores que el actual; pero entre que estas cosas no es que sean especialmente una cosa en la que destaque y que los pocos títulos que iban definiéndose estaban ya registrados, me decidí por un seco "Albus & Niger".

Es en esta parte donde está el meollo del asunto. ¿Por qué ese nombre y no otro? Empecemos por su traducción, la cual literalmente es "Blanco y Negro" -me hubiese gustado más "En Blanco y Negro", pero los años sin repasar el latín pasan factura y convertirlo al ablativo se me torció demasiado-, dualismo aplicable perfectamente a esta sociedad, una sociedad extremadamente dividida; ya que hoy en día, se es de derechas o de izquierdas; del PP o del PSOE; facha o rojo; del Madrid o del Barça; blanco o negro, albus aut niger. No hay un término medio, un gris, ni siquiera otros colores; pues ya lo dijo Antonio Machado, «Españolito que vienes/ al mundo te guarde Dios/ una de las dos Españas/ ha de helarte el corazón». Se vive en una época pasada, la época del NO-DO -de nuevo en blanco y negro-, de censuras y dictaduras fascistas, pues a cualquier cosa que vaya en contra de "su" libertad, se le adjetiva de esta manera. La gente sigue las modas, lo que otros -una pequeña gran mayoría- dice, piensa y actúa, sin personalidad, sin saber si obran correctamente con su verdadera ideología, suplantada ahora por unos líderes políticos, los cuales piensan por el resto de la sociedad, imponiéndose. Lo que estos adoctrinados de la modernidad no se paran a pensar es que, abandonando sus ideas y pensamientos, continuarán en verdad en un estado de minoría de edad, muy diferente del que ellos imaginan -ya que siendo modernos esperan conseguir madurez-, pues como bien dijo Kant en el s. XVIII «la minoría de edad significa la incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la guía de otro [...]. Sapere aude! -¡atrévete a pensar!» -E. Kant: ¿Qué es la Ilustración?-.

Y estas son todas las respuestas al por qué de "Albus & Niger" y no otra cosa. Ahora es cuando el autor del blog invitaría al lector a visitar todas las futuras entradas y bla bla bla..., pero como dicha página lleva ya en uso bastante tiempo, creo que sobran más convidaciones. Seguramente también, visto que este blog por su condición blanqui-negra se encamina más hacia temas político-religiosos, cree otro blog distinto, que trate más bien de la visión del mundo y sus actitudes, completando así la cultura con las mentalidades, tema en auge en la investigación histórica, cerrando ya el círculo crítico -en el buen sentido- de la sociedad actual, pues aunque parezcan lo mismo, no lo son. Pero eso ya es otro blog...

España, ¿por qué me has abandonado?

viernes, 26 de agosto de 2011
Este mes, se han celebrado en Madrid las XXVI Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ). Como era de esperar, los anti-católicos -no confundir con ateos, agnósticos u otros grupos no creyentes-, pusieron el grito en el cielo. ¿Su escusa? El dinero y que España es un Estado laico. Como siempre, los que más de listos se las dan, meten la pata hasta la cadera, pues -aunque les duela en su alma anti-eclesiástica-liberal-izquierdosa-, según el Arículo 16.3 de nuestra Constitución, «ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones». Repetimos: Relaciones de cooperación con la Iglesia Católica. En efecto, España es un país aconfesional -es decir religioso pero sin religión oficial- y no laico -sin relaciones con las distintas creencias-. Suena parecido, pero no es lo mismo. Y respecto al dinero, bien es cierto que ha costado 50 milloncetes de Euros pero... ¿y las ganancias que ha dejado el evento no sólo en la capital, sino en las distintas ciudades a las que han ido de turismo? (Y sin descuentos ojo). ¿Y el turismo que ello supondrá a España cuando los peregrinos decidan volver con amigos o familiares? (Y sin descuentos ojo). ¿Y los millones de euros -31 estimados- AL AÑO que la Iglesia ahorra al Estado gracias a sus diversas obras? (Y sin descuentos ojo). ¿Y la encomendable labor social y ética que realizan los obispados? (Y sin descuentos ojo). Por no hablar de las distintas organizaciones como Cáritas Diocesana o Manos Unidas que destinan sus ganancias a los más desfavorecidos. (En efectos, una vez más, sin descuentos).

Bueno, hecha esta pequeña introducción, vamos al grano, pues podría escribir parrafadas y parrafadas que aburrirían al lector. Lo más gracioso es que estaba decidido que fuera Madrid la próxima sede de las JMJ desde hace años. Hace bastante tiempo que se ven carteles y eventos pero claro, hay letra pequeña. En los carteles ponía claramente "Jornadas Mundiales de la Juventud", lo cual -lógicamente- llamaba la atención de los anti-católicos, gozosos de que se hicieran. Inocentes ellos que no sabían la verdadera maldad que encerraba aquélla fiesta dedicada a la juventud, pues traerían a nuestro pacífico (jaja seguro...) país al más aférrimo de los males habidos y por haber: El mismísimo Papa de Roma, la piedra de esa secta conocida como Iglesia. Han tenido que pasar años hasta que han visto que lo de las cruces y mensajes éticos y morales no encajaba con el concepto que tienen estas personas de "fiesta" -es decir, jolgorio, alcohol y drogas por doquier-. Claro, la advenida del Papa traería consigo la llegada de un ejército similar al de la siguiente imagen:


Aspecto que, según los anti-católicos, iban a tener los participantes en las JMJ.
Obsérvese el detalle del brazo en alto.
Pero no, resultó no ser así, y la cara que se les quedó a todos aquéllos alimentados por el tópico de cristiano bueno, meapilas, anti-vicios, éticamente correcto, cayó, quedándoseles una cara similar a cuando descubrieron que no iban a ser misas, sino jornadas de encuentro mundial con jóvenes de todos los países, con presencia mínimas de misas y actos religiosos. Mientras tanto, su impotencia al ver que sus grito protesta -alimentados por tiempos revolucionarios que leyeron en algún sitio (al más puro estilo "Papá cuéntame otra vez" de Ismael Serrano)- se iba a la porra y cada vez llegaban más y más jóvenes cristianos, seguía en aumento, y a falta de argumentos lógicos y válidos -pues lo de los 50 millones, los descuentos y las mochilas parecía tener cada vez menos base-, pasaron a la acción directa, lo que más les gusta, agredir, pues como buenos niños malcriados y llorones, hasta que no se salen con la suya, no paran. Ahí fué cuando decidieron atacar en nombre de la no-cristiandad, acción que tantas veces achacan a sus católicos enemigos. Los jotaemejoteros, demostrando educación y saber estar, hicieron oídos sordos ante tales ataques, creciendo la impotencia de los anti-católicos al ver que se les ignoraba y no se les hacía caso. He aquí una de las numerosas muestras de este pacifismo que caracteriza a los indignados -por emplear el epíteto que ellos mismos se han dado, pero que les pinta mejor el "quejicas"-:




Ya lo dice el refranero popular en su extensa sabiduría: «A palabras necias -a la derecha-, oídos sordos -a la izquierda-». Esta es la imagen que se le ha dado al mundo: País marrullero, buscabroncas, crispador. Las JMJ llevan AÑOS haciéndose (cuán Mundial u Olimpíadas), habiendo pasado ya por ciudades tan importantes como París, Roma, Toronto o Sídney, y por países como Argentina, Estados Unidos, Polonia, Filipinas o Alemania; cabe destacar a la vez que nuestro país es la segunda vez que las acoge, pues en 1989 ya estuvieron en Santiago de Compostela, pero como la moda por aquél entonces no era ser anti-cristiano, no pasó nada. Exacto, con acciones y comportamientos como éste, queda claro -una vez más- que, efectivamente, «África comienza en los Pirineos», a la vez que me resuena en la mente el «Santiago, y cierra España» regeneracionista -no confundir con el «Santiago y cierra, España» de los Tercios de Flandes-.

Así pues, ante el avance de la moda laicista, yo me pregunto... «España, ¿por qué nos has abandonado?». ¿Cuándo dejaste de ser el defensor de la Cristiandad? Y me consuelo con «España, perdónalos porque no saben lo que hacen». Era algo parecido, ¿no?

Atrás han quedado ya los tiempos de Reyes Católicos, Cides, Pelayos, Torquemadas, Borgias,  Reconquistas, Santiagos, Lepantos, Navas de Tolosa, Inquisiciones, parias, taifas y otros hechos en los cuales los españoles eran los herederos de los visigodos toledanos, adalides de la fé católica, en los que la peor de las afrentas era dudar de la sangre cristiana y su pureza. España ya no es aquélla «evangelizadora de la mitad del orbe, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio…» que describiera D. Marcelino Menéndez Pelayo. No, ahora en España manda la moda de ser anti-cristiano, anti-Real Madrid, anti-derechas -bueno, y anti-sistema para redondear la cosa-, pues cristianismo, Real Madrid y derecha es sinónimo de censura y dictadura. Exacto, quieren libertad y tolerancia aquéllos que imponen SU libertad y SU tolerancia. ¡Claro que sí! Pero eso es otra historia...

Las dos Españas y sus camisetas

domingo, 10 de julio de 2011
Yo ya lo decía hace un año en otra entrada. Sí, en efecto, hace un año, el afán nacionalista producido por los éxitos de la Selección Nacional de Fútbol -recordemos que los éxitos en tenis, baloncesto, ciclismo, automovilismo y otros tantos deportes no merecen mención ninguna- se plasmaron en la repentina aparición en la mayoría -siempre hay excepciones, como se verá más adelante- de las casas españolas de enseñas nacionales. Muy raro me pareció a mí en su momento que ningún lumbreras de estos que aparecen para dar la nota hiciese su aparición. Hasta hoy. Pues ante todo, esta gente que busca el conflicto barato y fácil, se caracteriza sobre todo por su cobardía, por no tener las narices suficientes de montar el tinglado que está montando hace un año, cuando el sentimiento patrio estaba en pleno auge. No no no, mejor esperamos un añito, cuando toda esta moda haya pasado.

Así pues, con la conmemoración de la consecución del Mundial de Fútbol, un rojete de turno, de esos que ven una bandera con sólo dos franjas y les entran pústulas y se les cae la piel a tiras, ha entrado en escena. Un rojete de esos que lo que busca es volver a tiempos de la Guerra, de maquis, de revoluciones y toda esa parafernalia histórica que han montado los que no son capaces de asumir que la Guerra empezó y terminó, esos que hasta que no ganen y se salgan con la suya -como cualquier hijo malcriado y llorón- no estarán contentos. De esta forma, no se ha dudado ya en hacer una camiseta de España versión 2.0, republicana -o eso dicen ellos-.

Los propios autores de este acto -con un tal Fernando Ruiz a la cabeza- así lo aseguran: «Estábamos cansados, nos repateaba tanto nacionalismo, tanto chovinismo y el uso político que se hizo del título conseguido en Sudáfrica. Así que decidimos que teníamos que hacer algo». Exacto, Hispania Hispaniae lupus, es decir -modificando levemente la célebre máxima de Hobbes-, "España es un lobo para España". Por eso mismo, y con tal de tener que meter el dedo un poco más en la herida abierta desde 1939, ni corto ni perezosos, comenzaron a tejer la elástica republicana.

Lo llamativo -lógicamente y conociendo el amor que estas gentes sientes por "lo morado"-, es la división de la prenda en tres franjas, las tres correspondientes con las franjas roja, amarilla y morada de la bandera Republicana -un diseño que a más de uno le recordará la llevada por la Selección durante la Copa Confederaciones en el 2009-. El escudo también varía. Lo primero y más importante, es la supresión de la Corona Real, la flor de lis borbónica y la "R" de "Real" de la Federación Española de Fútbol -pues como buenos republicanos que son ellos, la Monarquía no tiene lugar (pese a que son perfectamente compatibles)-. A continuación, la estrella privilegiada, la que sólo los campeones del Mundo pueden lucir sobre sus escudos, sería sustituida por la de cinco puntas rojas, emblema más que asociado al comunismo. A su vez, el escudo republicano es el mismo que el utilizado durante el gobierno del Frente Popular, gobierno más radical de izquierda, que más ruina causó y que fue el responsable del estallido del Conflicto que todos conocemos -pero es para hacer la broma ¿eh?-.


A partir de aquí, es donde se dan las incongruencias y las ironías típicas de la gente que lo único que busca es el conflicto fácil. El propio autor asegura que no es seguidor del "deporte rey". Es fácil ver con esta afirmación cuáles son los verdaderos motivos del "repateo": La aparición de banderas constitucionales y no anti-constitucionales -pues hay que recordar, que la Constitución Española, asegura que la bandera nacional está formada por tres franjas, dos rojas arriba y abajo y en el centro una amarilla de un grosor superior a las dos rojas; nada de morados, igualdad en las franjas ni nada por el estilo- fue el motivo por lo que los "niños de papá" republicanos decidieran que tal afrenta nacionalista, fascista, facha, pepera y que contó con el apoyo del Papa y de EEUU entre otros no podía quedar así, por lo que se tomó la magnífica idea de la elaboración de la nueva camiseta. Luego vendrán vendiendo la moto de que en España no hay libertad de expresión, ni democracia ni esto, ni lo otro y el gobierno opresor de Madrid, los fascistas por un lado, el Papa por el otro bla, bla, bla... y los primeros que se saltan la libertad de expresión, la libertad de adornar cada uno su balcón con lo que se quiera -ya que yo al menos un par de "tricolores" vi-, son ellos, pues está mal que haya banderas de España (en España).

Sólo hay que ver las declaraciones para darse cuenta de su odio y cobardía a lo patrio: «Al ver tanta bandera pensé que igual se había producido un golpe de Estado». Sólo un enfermo mental o un cobarde puede relacionar la bandera de España actual con la Guerra. Estas declaraciones lo que hacen es afirmar algo que se tenía ya claro desde el principio de esta entrada: Hay que ser muy cobarde para hacer la camiseta ahora, y no en pleno auge del patriotismo español. He aquí la gran valentía que profesan estas personas, las que no dudan en manifestarse por "sus" libertades, eso sí, que no sean menos de 20 personas que si no...

Siguiente paso: Para que la provocación surta efecto, hay que vender la camiseta. Para ello, se contrató a un empresario -de derechas, pues como el mismo inventor afirma «por encima de la ideología está la rentabilidad»-. Jo, de izquierdas y buscan el beneficio. Estos son los más listos, en lugar de una camiseta han inventado una nueva ideología: El capitaliscomunismo. ¡Toma ya, y se quedan tan anchos! Si tan Republicanos son, que las regalen, que hagan las camisetas por su ideología, sus convicciones, no para sacar dinero -que 40€ cuesta la tontería sin contar los gastos de envío, que con ello ya la broma asciende a los 50€ (lo mismo que la camiseta de la Unión Deportiva Salamanca, un equipo federado y profesional)-. Si tan republicanos son , ¡que las regalen! Todo para el proletariado (pero sin el proletariado, claro está, el absolutismo ilustrado del s. XXI). Luego estos republicanetes que lo que buscan es forrarse a costa de crear discordia y abrir heridas, serán los mismos que -con merchandising del Che en pecho y entonando La Internacional-, votarán a los sociolistos, porque de listos, se han llevado todos los premios.

Ahora falta pulir la equipación entera, ya se sabe, el atuendo del portero -que será el rojo del P.O.U.M. o tal vez a éste se le añada una franja negra para hacer la insignia de las C.N.T.-F.A.I., quién sabe-, el equipaje de entrenar, el de las ruedas de prensa, el segundo equipo -que bueno, será intercambiar el atuendo del portero con los de los jugadores de campo, porque los colores se acaban (aunque visto lo arlequinesco de la camiseta, no creo que haga falta)-, meter publicidad por todas partes, patentar la marca "14bril" o algo así... Si el caso es ser republicano, eso sí, forrado de capital.

De esta forma -al igual que el diseño circense de la elástica-, el único calificativo para esta gente, que lo que buscan es el conflicto y la discordia -pese a que luego hagan leyes para SU Memoria Histórica-, es la de payasos. Y el año que viene, una Eurocopa. Temblad rojetes, temblad...

La batalla entre San Patricio y Doña Cuaresma

sábado, 19 de marzo de 2011
Hace ya tiempo, ocurrió una gran batalla, librada entre las tropas de Don Carnal contra las de Doña Cuaresma. Este épico suceso se saldó con la victoria de la segunda sobre el primero, tras lo cual vino la posterior prisión del vencido. Esta contienda nos ha llegado relatada de la mano de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, quien en el s. XIV, escribió El libro del buen amor, una obra del Mester de Clerecía que contiene -entre otros- la "Batalla entre Don Carnal y Doña Cuaresma", donde se narran estos hechos.

"Combate entre el Carnaval y la Cuaresma".
Pieter Brueghel el Viejo.
El final de Don Carnal es desconocido. Tras su prisión, no se sabe si recuperó su libertad, si se le perdonó, si escapó, si murió... Lo que está claro es que el nuevo enemigo de Doña Cuaresma es ahora un personaje llegado de las islas británicas: San Patricio, patrón de Irlanda. Su ejército está compuesto por miles de jóvenes ataviados con lóricas verdes, su blasón es un trébol tri-fólico y su ritual antes de entrar en liza es consumir litros y litros de alcohol -preferiblemente zumo de cebada, de color aúreo y conocido como cerveza-.

Precisamente, en el actual Carnaval se rinde homenaje a Don Carnal. Son dos días -Lunes y Martes de Carnaval- de fiesta, llenos de alboroto y despilfarro, días que hay que aprovechar antes de que el Miércoles de Ceniza llegue el reinado de Doña Cuaresma, cuarenta días de austeridad y recogimiento para preparar la llegada del Domingo de Ramos, y por ende, de la Semana Santa. Pero no, ahora a Doña Cuaresma le ha salido un rebelde: Patricio de Irlanda (s.V), misionero cristiano evangelizador de Britania. En plena Cuaresma y su autoridad y seriedad, los súbditos del britano se dedican a emborracharse y celebrar por todo lo alto que prefieren la algarabía festiva impropia de la Cuaresma, dejando todo arrasado a su paso, como si una batalla hubiera tenido lugar.

Pero claro, gente atea, agnóstica, no cristiana y sus largos etcéteras pueden decir «ah no no, yo la Cuaresma me la salto, esa no es mi religión». Su derecho tienen, en eso estamos de acuerdo pero... ¿para qué celebras entonces una fiesta dedicada a una santidad cristiana? ¿No eres cristiano para celebrar la Cuaresma y el Miércoles de Ceniza pero sí lo eres para disfrazarte en Carnaval y emborracharte en San Patricio? Sinceramente, no lo entiendo... He aquí la incultura e hipocresía de estas generaciones, para las cuales cualquier ocasión de jolgorio y sobre todo de ebriedad es bien recibida, pese a que vaya contra sus creencias, ideologías, pensamiento o cultura. «¿En Carnaval y San Patricio me puedo emborrachar? Y a mí que me importa de dónde procedan y su significado, ¡me puedo emborrachar!». Y así, todo.

Al igual que la Trinidad, el trébol
son tres foliolos en una misma hoja.
Pasemos a sus insignias, sus estandartes. Al color verde-irlandés -pues el sinónimo con la esperanza está ya olvidado-, aparece ahora el famoso trébol de tres hojas, otro elemento vinculado a la religión católica, pero -seguramente en la gran mayoría de los casos- desconocido por estos jóvenes. Bien pudieran haber elegido por blasón una serpiente -pues bien es sabido (tal vez por estas hordas de borrachos no) que San Patricio libró Irlanda de estos reptiles-; pero no, es un trébol, y no de cuatro hojas -sinónimo de suerte- sino de tres. ¿Casualidad? No. Se cuenta que en una ocasión, este santo explicó la Santísima Trinidad comparándola con esta planta, pues era igual al trébol: Una misma unidad con tres personas diferentes, una misma hoja con tres foliolos. De ahí que sea éste el símbolo de San Patricio; es decir, estos pequeños incultos portan tréboles como quien porta una cruz, solo que ellos no lo saben.

De todas formas, la historia se salda con el fin de la sublevación patricia a manos de Doña Cuaresma, quien vuelve a establecer el orden y la calma, así como la restricción de la consumición de carne los viernes, al menos hasta que acabe su reinado el Domingo de Ramos.

España: ¿Moda o Sentimiento?

viernes, 30 de julio de 2010
El Mundial... ¿Qué tendrá ese evento deportivo que hace que cada cuatro años saque de todos nosotros ese patriotismo oculto plasmado en vestir con camisetas de España, adornar con banderas balcones, terrazas y coches o gritar a los cuatro vientos que uno es más español que otro? Cada dos años -si tenemos en cuenta la Eurocopa- se puede llevar por la calle una bandera de España sin tener que soportar gritos de facha, fascista, franquista y demás sinónimos o -exagerando los casos- sufrir esputos y arrojamientos de objetos.

Se podría decir que «toda España está ocupada por banderas... ¿Toda? ¡No! Una Comunidad poblada por irreductibles vascos resiste todavía y siempre al invasor. Y la vida no es fácil para las guarniciones de españoles en los reducidos campamentos de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava...» Sí, obsérvese la similitud de nuestro caso con el narrado por Goscinny y Uderzo en sus celebérrimos comics de Astérix... ¿Ah no? Mientras el Lehendakari anuncia la apertura vasca hacia el resto de España programando partidos del combinado nacional en Euskadi y otros eventos similares, los irreductibles, los nacionalistas señores Urkullu y Anasagasti al frente declaran en público y sin tapujos su preferencia por selecciones extranjeras rivales de la española antes que por esta última. Con semejantes políticos, ¿quién es el guapo que osa colgar de su balcón una rojigualda o salir por la calle con la elástica nacional? Pero sólo de España, porque de Italia, Brasil, Argentina... bien de ellos. Y yo me pregunto: ¿De ser considerado España en estos lares una nación extranjera al igual que Brasil o Italia, por qué no se pueden llevar sus colores? Dichoso país...

En fin, volvamos a España... Como ya he mencionado antes, es el Mundial ese evento que saca de todos nosotros el sentimiento más patrio, tanto que incluso la gente de izquierdas -de toda clase, desde anarquistas a comunistas pasando por republicanos o federalistas- se deja llevar por la moda y cuelga de su balcón la más que vistosa enseña nacional o cambia sus atuendos negros con una "A" gigante por otra roja con el escudo de la R.F.E.F. Pero... ¿esto no va en contra de su ideología?

Por debajo de este grupo se sitúan las niñas de 15-16 -o 25 si son retrasadas-, las pijitas y guapas, las que intentan aparentar 22 a base de maquillaje barato pero que aparentan una lástima de padre y muy señor mío. Sí, son ellas las más españolas de todas, las que más entienden de fútbol, la que se conocen la alineación a la perfección pero que luego les preguntas por Zarra, Amancio, Iríbar y un largo etcétera y te miran como si llevaras ropa de segunda mano -oh, que horreur-. Son ellas las que se tragan todos los partidos de la selección, incluso un España-República del Mondongo amistoso, pero que no dejan de ir de shopping mientras retransmiten un Alemania-Inglaterra, un Holanda-Brasil o un Alemania-Argentina. Edad del pavo, sin más comentarios.

Para colmo, la primera derrota frente a Suiza.Tras el fantástico debut -bien merecida pese a los intentos de diarios sensacionalistas de demostrar lo contrario y pese a la nueva moda de desar morir a los suizos-, ya todo es negativo: Que si no vamos a ganar, que si somos muy malos, que si nunca pasamos de cuartos, que si la culpa es del seleccionador... Críticas por todos los que horas antes veían levantando la copa a Casillas. Para eso, los argentinos, han sido no eliminados, sino humillados y llegan a casa arropados por patriotas de verdad -no unos que se dejan llevar por la moda- que están en las buenas y en las malas, pidiendo la continuidad de Maradona. De haber sido aquí, lo primero sería pedir la cabeza de Del Bosque, lo siguiente no reconocer nuestro error explicando los fueras de juego, las faltas y los penaltis que pudo haber y por último los comentarios de «esto ya lo sabía yo, esto es como siempre, siempre igual, no pasamos de cuartos...» realizados por los más patrióticos que nadie, acompañado de la desaparición masiva de elementos relacionados con la Selección. Chapeau para Argentina.

Harto llegué a estar del dichoso Mundial, de no ver más que fútbol de España, gili-reportajes y a la Belén Esteban. ¿Y la crisis? ¿Y los problemas sociales? ¿Para qué? Señores, ¡hay fútbol! Eso sí, luego Nadal gana su segundo Winbledon y ¿dónde están las banderas? ¿Que hay mundial de baloncesto? ¿Y qué? ¿Acáso esos no son españoles? Hemos ganado mundiales de Fórmula 1, de motociclismo en todas las categorías, baloncesto, balonmano, fútbol-sala, hockey, tenis, waterpolo, el Tour, la Vuelta y un larguísimo etcétera y... ¿dónde están las banderas nacionales? Conclusión: Ser español es una moda pasajera y barata condicionalda única y exclusivamente por el fútbol, teniendo en la selección española -que no "la Roja" puesto que ese epíteto ya está en posesión de una tal Dolores Ibárruri- su máximo exponente.

Ahora hay una ley antitaurina, todos los españoles pasando, la crisis sigue, qué más da, un mundial de baloncesto en un mes, los sub-19 jugando una final... Somos campeones de fútbol, ¡olvidemos todo lo demás! Con la victoria, ¡soy más rico! Ah no, que yo no gano nada de las primas del Mundial...

El Gran Circo de la Semana Santa

jueves, 13 de mayo de 2010
La Semana Santa son esos cuatro días de fiesta perdidos en el mes de Marzo o de Abril según la disposición de los astros. Se supone que son días de recogimiento, devoción, pasión, espiritualidad, abstinencia, expiación, penitencia… en los que se conmemora la muerte de Cristo; muerte para la salvación de la Humanidad.

Ahora bien, la teoría es toda muy bonita; pero ¿dónde queda el recogimiento, la espiritualidad, la abstinencia y sobre todo la penitencia? Si se busca el término “Semana Santa” en cualquiera de los buscadores de Internet, todos coinciden la gente –por no llamarlos penitentes- disfrazada. Sí, disfrazada., pues es en lo que se están convirtiendo estos días tan sumamente sacros: En el segundo Carnaval del año. Éste está concebido como el último día de excesos antes de entrar en la Cuaresma, un día también festivo en el que la gente comete excesos y se disfraza en una tradición completamente pagana. La Semana Santa es igual. La gente se preocupa más bien en disfrazarse y salir presentera en procesiones, procesiones que cada vez se asemejan más al Entierro de la Sardina carnavalesco.

Si son días de fiesta es por ser una semana de luto, luto por la muerte del Hijo que dio su vida por la salvación de los hombres. Así pues, como si se tratara del luto por un ser querido, son unos días de oración, penitencia y lágrimas, no de vacaciones y playas. Si hay “fiestas” es por un significado puramente católico, por lo que alguien no creyente, no cristiano o atea debería atenerse a sus ideologías –tan respetables como las demás- y seguir con sus menesteres del día a día como el resto del año, y no ser el primer hipócrita y tomarse unos días de relax. ¿O acaso tomamos nosotros vacaciones por el Ramadán o por la Pascua Hebrea?

Lo más llamativo son las procesiones, las cuales cada día se asemejan más a un circo. Se trata de imágenes santas que desfilan como si de animales se tratase, sin ningún ápice de respeto y mucho menos aún devoción. Son animales a los cuales acompañan los payasos –en el buen sentido de la palabra- de los hermanos cofrades disfrazados, más preocupados en aparentar y ser bien vistos, y sin dudar en momento alguno de romper la formación y el protocolo por saludar a algún conocido, que aunque se trate de un conocido sin mucha relación, que mejor momento este para retomarla, demostrando así esa gran prepotencia por poder salir en procesión. Tal es el extremo alcanzado por el ser vistos que los hermanos de escolta –por el hecho de en su mayoría llevar el rostro cubierto imposibilitando así ser reconocidos- son cada vez más escasos, pudiéndose asimilar así pues –dentro de este circo semanasantero- a los linces, es decir en peligro de extinción. ¡Qué bonito es disfrazarse de hermano de carga con la jeta bien al aire para poder al día siguiente recibir halagos por parte del carnicero! ¿Y el orgullo que se siente por poder darte un paseo disfrazado y que te vea la vecina? ¿Orgullo? Yo siempre pensé que se trataba de una creencia personal, un acto de devoción, promesa y penitencia. Las madres con esos aires de superioridad viendo pasar a su nene que –aunque no tenga ni edad para llevar una bolsa con incienso (ya puestos que haga algo útil), bien que desfilan como hermanos de carga -¡cómo va a salir de escolta! ¿Y si no lo reconoce la otra vecina?-. ¿Qué la procesión queda sin luz apenas porque no hay gente para llevar cirios? Qué más da mientras al nene se le vea bien elegante...

Dejando ya de lado el desfile circense, es tiempo de fijarnos en nosotros, el público. No nos engañemos, si vamos es sólo por el espectáculo, por no ser el bicho raro que no ve estas cosas. Eso sí, vamos, pero el respeto se entretiene por el camino… Muchos hay que no les importa cruzar por medio de una procesión. Se puede ir por otro sitio a 5m, claro que sí, pero todos sabemos que la línea recta es más corta incluso habiendo en nuestro paso un Nazareno o una Dolorosa. Es en esta época cuando todos somos religiosos y devotos; apostólicos, católicos y romanos. Nos volvemos locos por ver estos desfiles pero… ¿qué pasa con los 359 días restantes? Quita quita… que en las iglesias estas te entran unas úlceras… Corre el rumor de que existe gente que en esta semana incluso va a misa, pero debe de ser una leyenda urbana...

Foto: Cristo del Humilladero
(Cáceres)
GEM
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Así pues, un servidor seguirá esperando a que este circo acabe, circo en el que no sé cómo todavía tienen ganas de demostrar su fervor religioso saeteros y penitentes de verdad –esos que, cara cubierta y despreocupados por el qué dirán, cargan pies descalzos y encadenados una cruz por las frías calles-. Y lo peor es que al paso que vamos, la solución que se tomará –si es que algún año se llega a tomar- será lo propuesto por Lutero hace 500 años: Anular las representaciones de Santos, Vírgenes y Cristos, para frenar la transformación circense del cristianismo. Pero mientras las autoridades puedan hacer gala de pomposidad en cada procesión, ¿a quién le importa?