Viva Castilla, libre de Cataluña.

jueves, 12 de septiembre de 2013
11 de septiembre. Hace algunos años se produjo uno de los acontecimientos más importantes de la Historia universal. ¿América? ¿Nueva York? No, Cataluña. Porque hace trescientos años, se producía la caída de Barcelona en la Guerra de Sucesión Española, hito que -según los nazionalistas catalanes- marcó el inicio del fin de la libertad de Cataluña.

Pero las revueltas en Cataluña ya venían de lejos. En 1640, a partir de la "Unión de Armas" promulgada por el Conde-Duque de Olivares con el fin de aliviar fiscalmente a la Corona de Castilla -quien llevaba el peso económico de las guerras y empresas en las que la Monarquía Hispánica se vieía envuelta-, el Reino de Portugal y el Principado de Cataluña se revelaron contra este intento centralista. El Principado pasó a rendir vasallaje y pleitesía a Francia, intitulando la propia Generalidad a Luis XIII como "Conde de Barcelona". Fue en este frente donde la Corte madrileña centró todos sus esfuerzos, en parte por ser parte de la Corona de Aragón y por miedo a que se convirtiera en punta de lanza francesa en la Península; por otro lado, se obvió el conflicto con Portugal. La revuelta pronto se convirtió en la Guerra de los Segadores, reafirmándose el encontronazo con Castilla y la dependencia de Francia. Pero con el paso del tiempo, la balanza se inclinaría hacia el lado hispánico. El fin de la Guerra de los Treinta Años permitía a Castilla centrar sus fuerzas en el Principado. Igualmente, entre la sociedad catalana crecía el descontento con la política de la Corte parisina, pues el centralismo borbónico iniciado por Luis XIII y Richelieu se afianzaba con sus sucesores, Luis XIV y Mazarino, quienes además prohibieron el catalán en estos territorios; además, la presión fiscal ejercida por Francia recordaba a la "Unión de Armas" del Conde-Duque, y el ejército francés acantonado en el Principado tenía un comportamiento peor que el castellano. Vista la situación, comenzaron las primeras conspiraciones e intentos de vuelta al statu quo anterior a 1640, facilitándose así la entrada del ejército castellano en Cataluña, que bajo la dirección de don Juan José de Austria, tomaría Barcelona en 1652. La guerra finalizaba y quedaba sellado el Tratado de los Pirineos siete años más tarde, según el cual Francia incorporaba el Rosellón y algunos territorios más de la Cataluña transpirenaica, integrándose definitiva y absolutamente en el sistema centralizado borbónico y perdiendo -de esta forma- la libertad de hablar en catalán y siendo sometidos a una gran presión fiscal.

Gran fallo el que tuvimos, al cambiar una región y una economía mediterránea decadente en detrimento de un Reino y una economía atlántica en pleno auge, con gran número de colonias y el Brasil. Tal vez de haber mantenido el territorio portugués -enfocado hacia América y Asia- y no el catalán -dirigido a un Mediterráneo presionado por las incursiones turcas-, la Monarquía Hispánica hubiera seguido siendo primera potencia, ahorrándonos además todos los quebraderos de cabeza secesionistas y nazionalistas actuales.

Pasados cincuenta años, la guerra volvió a la Corona de Aragón. Con la muerte sin descendencia directa de Carlos II, Europa se ve envuelta en un conflicto bélico para colocar en el trono de la moribunda gran potencia hispánica a uno u a otro pretendiente.  La Corona de Aragón -más feudalizada- luchó por la causa del archiduque Carlos de Austria, cuya política austracista consistía en continuar con el modelo federalista de los Habsburgo, conservando así su independencia económica. Castilla, por el contrario, prefirió a Felipe de Anjou, quien impondría un centralismo borbónico similar a la fallida "Unión de Armas", lo que supondría un alivio fiscal para las arcas del reino. En 1714, era de nuevo la caída de Barcelona la batalla que auguraba el fin de la guerra, y un año más tarde, ya con la victoria de Felipe de Anjou -quien reinaría como quinto-, se promulgaron los "Decretos de Nueva Planta", por los que la Corona de Aragón -esto es, los reinos de Aragón, Valencia, Mallorca y el Principado de Cataluña- perdía sus fueros e instituciones, integrándose totalmente en Castilla y cerrándose el centralismo.

De aquí deriva la manifestación secesionista -no puede ser independentista pues Cataluña nunca ha sido colonia, mientras que siempre ha sido dependientes de otro poder real, bien de Aragón o bien de Francia (recordemos que Luis XIII y XIV eran "Condes de Barcelona")-. El Principado luchó por una opción política y por un rey, como hizo el resto de la Corona Aragonesa. No luchó por ninguna independencia, sino en contra del centralismo castellano.

Los catalanes hace tiempo que decidieron que no querían formar parte de España. Aunque bien es cierto que durante la centuria decimonónica hubo manifestaciones tradicionalistas pro-españolas en la región, como fueron las guerras de los Agraviados, las tres carlistas, la de los Matiners o el famoso Tercio de Montserrat -ya en la Guerra Civil-. Cataluña ha demostrado ser un hijo malcriado, ingrato e insolidario. Se llenan la boca con que España les roba mientras ponen la mano para seguir recibiendo subvenciones, y cuando se les ha pedido ayuda, no sólo la han denegado, sino que se han vendido a los enemigos. Puede que los secesionistas tengan razón en una cosa, como se pregunta Carlos Esteban, tal vez muchos de ellos estén revelándose inconscientemente contra el centralismo jacobino que tanto mal ha hecho a la Monarquía Hispánica.

Cada vez son más los españoles que se hartan de la bobuna nazionalista. Yo por ejemplo, hace tiempo, hablando con un amigo hijo de la Corona de Aragón, me comentaba cómo en su pueblo, se refieren a la Península Ibérica como "Castilla", hablen de Santillana del Mar, de Puertollano o de Tarifa; para ellos, todo lo que va más allá de la frontera aragonesa es castellano, sin distinciones. Esta pequeña curiosidad, a mí me sirvió para darme cuenta que -en efecto- muy poco tenemos en común castellanos y aragoneses, reafirmando y consolidando mi ideología foral-tradicionalista. Por eso, para ser justos con los secesionistas, debería hacerse el referéndum que tanto desean. ¿Quiénes somos nosotros para impedir que vivan felices de una vez por todas? Pero claro un referéndum no sólo en Cataluña, sino en todo el territorio nacional, pues es algo que nos afecta a todos. Yo por mi parte ya tienen mi "sí". Sí a que dejen de parasitarnos, que ya cometimos el error de elegir mal, arruinando el reino más próspero de su tiempo y embarcándonos en empresas que nos acabaron de hundir. Pero una vez que se vayan no quieran volver, como ya hicieran en 1640; si se arrepienten, que no nos tomen por tontos.

Y es que no sólo los catalanes perdieron su "libertad" en 1715. También lo hicieron los aragoneses, valencianos y mallorquines, y doscientos años antes, Castilla ya veía sus fueros suprimidos tras la derrota de Villalar. Lo que está claro es que yo no quiero que una región insolidaria, ladrona, traidora e ingrata siga recibiendo favores de Castilla, más aún cuando aquí también perdimos nuestras libertades forales:



Pues como dice este romance «en Castilla ya no mandan los que debieran mandar», y como escribió José Luis Díez «tú, tierra de Castilla, muy desgraciada y maldita eres al sufrir que un tan noble reino como eres, sea gobernada por quienes no te tienen amor» (DÍEZ, J. L.: Los Comuneros de Castilla, Mañana, Madrid, 1977. p. 7), yo cada vez estoy más convencido de que Castilla tiene que volver a ser libre de parásitos desagradecidos e insolidarios. Y es que «si los pinares ardieron, aún nos queda el encinar».

Los milagros que sigue haciendo la Iglesia.

sábado, 11 de mayo de 2013
Para entender esta entrada antes hay que ver el siguiente vídeo:


Viendo un vídeo así y leyendo el resto de noticia, es más que evidente que la Iglesia católica sigue haciendo a día de hoy, en pleno siglo XXI, milagros. Los anticatólicos ya no tienen argumentos para no poder o querer verlo, ya no sirven sus razones infundadas en textos antiguos sin corroboración científica -"su" corroboración y "su" ciencia, por supuesto-. Pues no hay más ciego que el que no quiere ver.

Pero... ¿es suficiente un intento de suicidio frustrado como para hablar de "milagro"? ¿Y por qué no? Se han dado circunstancias demasiado casuales como para que no lo sea. Madrid, capital de España, una gran ciudad de cuatro millones de habitantes, en hora punta, en el pleno centro. Hay miles de calles, decenas de puentes por los que tirarse, infinitas formas de intentar acabar uno mismo con su existencia... Pero justamente, entre esas miles de calles, entre esas decenas de puentes, entre esas infinitas formas de suicidio y entre esas millones de personas que día a día recorren la capital, un sacerdote católico fue el que se encontró con una persona necesitada.

A mí lo que primeramente me llamó la atención del vídeo fue la cantidad de viandantes que pasaban por al lado de esa persona necesitada. Algunos miran, menos aún se detienen extrañados, pero sobre todo, ninguno se para. Hasta que llega el joven clérigo, vestido entero de negro, incluso su maletín de nylon. Él es el único y el que primero se detiene, le pregunta y se preocupa por su situación. Intenta dialogar, hacerle razonar... y visto el poco éxito que va a tener le da la extrema unción.

En esto que hace gestos a alguien, una especie de "quiere hablar" -o eso interpreto yo-. Y llegan los otros dos protagonistas del vídeo: Un seminarista -también con una mochila vulgar y corriente (con unas cintas rojigualdas colgadas, algo curioso)- y un repartido de publicidad, el único seglar de los tres "héroes". El seminarista incluso arriesga su propia vida saltando torpemente las mamparas con el fin de ayudar al repartidor de publicidad, quien ha conseguido ya retener físicamente al hombre hasta la llegada de la policía.

Y entonces ahí la gente ya se empieza a dar cuenta que "algo" pasa: Se paran, hablan entre ellos, se acercan... rodean el suceso... Somos así de morbosos Sólo nos damos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor cuando vemos la llegada de policía, bomberos y otras fuerzas de seguridad, cuando pensamos "¿cá pasao?", pero no antes. A mí la pasividad de la gente que se ve en el vídeo -y eso sin contar toda la gente que antes debió de pasar, pues el vídeo dura apenas dos minutos pero no se puede saber cuánto tiempo llevaba ese hombre ahí-, me recuerda a una canción del colegio que dice «muchos no lo ven [a Jesús] porque ciegos van, ocupados sin saber mirar». Más real imposible.

Pero sin duda, no se puede olvidar una mención especial a Julián Sánchez, ese intrépido periodista que grabó todo. Hay que destacar su gran y arriesgada labor de "esconderse a ver qué pasa". ¡Olé por él! Así funciona el periodismo español -al que la izquierda quiere denominar periodigno con un bonito y peculiar juego de palabras-, interesado más por el morbazo de un suicidio, de una muerte, de una desgracia, que por salvar una vida. Ahí estaba Julián Sánchez, cámara en mano, grabando todo a una distancia más que prudencial, no fuera a ser que el hombre decidiera saltar al vacío y encima le salpicara la sangre. Julián Sánchez, nuevo héroe madrileño al que deberían de dedicar las autoridades calles, plazas y estatuas por doquier. Atrás quedaron ya los "corresponsales de guerra" que veían como un obús a 20m se llevaba por delante a una familia, o que un fuego cruzado les arrebataba a un compañero. Eso ya no es periodigno, sino el esconderse, aprovechando el momento de más sangre y crueldad para grabarlo in situ.

Y curiosamente, de dos seculares y un seglar, el entrevistado es este último. No el sacerdote, pionero en detenerse a dialogar y preocuparse, o el seminarista que -de un torpe salto- casi se mata. No, mejor entrevistemos al ateo (que claro que también es un héroe, faltaría más, pero que en una proporción mayor "gane" la Iglesia y justo elijan a quien no forma parte de esa comunidad.... qué casualidad). Pero mejor entrevistemos al ateo, no vaya a ser que la gente piense "anda, pues la Iglesia no sólo hace comedores sociales, sino que se preocupa por desconocidos e intentan salvarles la vida... a ver si no va a ser tan mala...". Eso es muy fascista. Ante la llegada de la policía, hay un cuarto chico que también se detiene y salta la valla, pero a éste directamente no se le hace ni mención. No se sabe ni a qué se dedica, ni sus creencias... 

También es curioso que al suicida se le caiga lo que parece un billete de 10€ -o eso me parece ver- y el cura no sólo los recoja, sino que se los devuelve a su propietario. A ver si la Iglesia tampoco va a ser tan "ladrona " y materialista como muchos piensan...

Al final del vídeo, Ernesto el repartidor, confirma que es ateo, pero que uno de ellos le ha dicho que a lo mejor no es tan ateo. Él se ríe, pero no sería ni será el único pagano que se ha convertido al catolicismo.

Si todavía puede haber alguien que piense que esto no es un verdadero milagro... Un Jesús suicida, dos eclesiásticos y un ateo, frente a las decenas de personas que pasaron por el puente.

Por cierto, vaya mierda de mamparas anti-suicidio que hay en Madrid...

"Nochevieja" "Universitaria" de "Salamanca" III: Críticas y comentarios.

viernes, 14 de diciembre de 2012
Y bueno, que no hay dos sin tres... Después de las anteriores entradas Nochevieja Universitaria de Salamanca: Mierda y dinero y Nochevieja Universitaria de Salamanca II: Más mierda, más dinero, lo que no interesa y un alcalde que pasa de sus votantes, pensaba no volver a tratar más este tema. Pero... fuertes son las tentaciones, aunque ya poco se puede sacar.

Y como poco se puede sacar, he decido esta vez no tirar de mis opiniones, sino de las de otros: Colgar los comentarios en medios locales las impresiones y críticas de la gente de Salamanca, para que luego no digáis "joe, ya está el tío este pesado con la Nochevieja de las narices"... Que consten un par de cosas: 1) Ninguno de los comentarios que voy a poner aquí son míos -aunque pueda parecer que sí porque dicen exactamente lo mismo que he dicho yo en dos entradas de este blog- y; 2) Sólo voy a poner comentarios en contra, no porque quiera mostrar sólo una cara -en este blog nunca he ocultado ninguna opinión ni ninguna contra de algo que haya criticado-, sino porque los -escasos- comentarios a favor de la "Nochevieja" sólo tienen los mismos argumentos: "Sois unos aburridos y amargados, dejad de criticar", "también hay gente mayor que bebe en bares" y "deja mucho dinero y es un gran ejemplo mundial de la ciudad". Pero vamos, que leyendo la gran mayoría de comentarios, estos argumentos a favor son desmentidos en un plisplás.

Como se podrá comprobar, pareciera que mis dos otras entradas hubieran calado y servido de reflexión. No sólo entre la gente, sino que los medios parece que -dándose cuenta que en efecto, esta "fiesta" es una mierda enorme (en todos sus sentidos)-, empiezan a sacar a la luz el verdadero transfondo de la "Nochevieja". Así, se hacen eco de detencionesla mierda que deja e incluso de muertes. Sí, muertes. Y eso sin contar todo de lo que no podrán hacer noticia. Pero ya no sólo los medios de información, sino incluso el propio Rector Ruipérez no duda en criticar duramente el acto.

Y después de esta pequeña introducción, yo me lavo las manos y me limito a ser un mero pregonero de todas aquéllas personas que han dejado plasmada su opinión al respecto. Se puede uno incluso -en aquéllas páginas que se puede votar a favor o en contra el comentario- el número de gente que apoya esas opiniones. Si alguna de las imágenes no se aprecia bien, se puede clicar sobre ellas para ampliar el contenido:

- Sobre la "Nochevieja" "Universitaria" de "Salamanca" en general:




















































































- Sobre el comunicado del rector Ruipérez:



- Sobre Mañueco y la gestión por parte del Ayuntamiento:


- Mejores comentarios:


Pues eso opina la gente. Cuando no lo dice ya sólo un loco... Repito: Juro que ninguno de los comentarios aquí expuestos son del que aquí escribe; cualquier parecido con entradas anteriores y con la forma de llevar este blog es o coincidencia o que se han leído alguna de las entradas, nada más. ¿Continuaré el año que viene?

Pintamonos y delincuentes premiados.

domingo, 2 de diciembre de 2012
Este verano, una señora de esas que se dedican "a sus labores" -o eso dicen- decidió no ir al mercado, sino a la iglesia. Suele ser normal ver a una señora de avanzada edad ir al templo. Lo que no suele ser normal es que vaya con material plástico y se ponga a pintorrojear sobre un fresco. Y así es como nace el Ecce Mono de Borja, en Zaragoza.

Evolución del fresco. Fuente: EFE.
Yo en su momento no le dí la menor importancia. Sabía de antemano que un acto así no iba a tener castigo. Se juntan varios factores: Ataque contra "algo" católico, una entrañable abuelita de Piolín y que su intención era buena. Y es que en esta sociedad ñoña, fácilmente conmocionable, maquiavélica -en la que el fin justifica los medios-, anticatólica y con total impunidad -ligado a la justificación del fin sin importar los medios- en la que nos ha tocado vivir... Blanco y en botella.

A estos casos no se llegaría si en España no fuéramos como somos: Todos más listos que el anterior, pensando que nacemos sabiendo, que no necesitamos preparación para hacer ciertas cosas y que los materiales y herramientas se pueden comprar en el súper de la esquina. Y no. Si hay especialistas, gente que ha estudiado, con herramientas y materiales precisamente no comprados en la tienda de abajo, ¿qué le puede llevar a una persona pensar que puede hacerlo bien en diez minutos? Y así nos va. Somos una panda de egocéntricos, listos y capaces en todos los aspectos. Unos Da Vinci que podemos pintar un Mono Liso.

Parece ser que la señora volvió a "sus labores" y desapareció de la escena pública. Tan pronto como había  surgido, desapareció. Pero claro, se acerca la Navidad -y Nochevieja, fiesta más laica y por tanto más importante y molona- y las empresas sacan a pasear su artillería comercial pesada. El caso es que cierta cadena televisiva -dirigida básicamente a adolescentes y jóvenes- ha decidido rescatar a nuestra abuelita de Piolín para colocarla en el especial de Nochevieja.

Lo normal en un principio tendría que haber sido el "tú la haces, tú la pagas". En eso consiste la ley, que el que delinque, es castigado. Y el "apaño" del Ecce Homo es eso: Un delito. Contra una obra de arte y contra el Patrimonio. Y obviamente, el fin nunca puede justificar los medios, si no nos cargamos todas las bases occidentales y cristianas de golpe y porrazo. Pero claro, cuando desde el primer momento, visto el exitazo de la nueva obra, el iluminado de turno decide cobrar por ver la "cosa"... Pues luego ya nada se puede hacer. Para más recochineo, la señora, ni corta ni perezosa, tiene la jeta de saltar que el dinero le corresponde a ella porque es "su" obra. Es decir, no sólo no es castigada ni se arrepiente, sino que se permite el lujo de reclamar dinero. ¡Inaudito! Si en este mundo de aprovechados, el que no corre, vuela.

Que vamos, tampoco digo yo que se la condene a garrote vil o a galeras, pero la restauración del fresco debería pagarla ella, así como una multa proporcional a sus posibilidades.¿O qué pasa, que como es una entrañable abuelita va a salir impune ? ¿Eso es igualdad y justicia?

Pero ya no sólo sale impune ante su delito, sino que es premiada e invitada a un programa de televisión -donde lo peor es que (sabiendo cómo son estos programas tan modernos y divertidos) se reirán de ella y de su creación-. Y es que claro, una señora tan maja, tan adorable... y que sólo buscaba hacer algo bien... Pobrecita ella... A lo mejor si le hubiera dado por tocar un Mahoma y no un Cristo, otro gallo cantaba... Esta señora debería -ya que no se ha arrepentido ni lo hará- quedarse en su casa, preparar la cena para hijos y nietos y volver al ostracismo para no empeorar las cosas. Pero claro, el dinero y el famoseo son grandes tentaciones... Yo por eso ya intento evitar cualquier contacto con la caja tonta.

Esta es nuestra sociedad, la del "todo vale-vale todo". Ya no sólo se justifica todo fin y no se castiga a quien actúa en contra de las leyes, sino que se les premia. Yo nunca he entendido bien el Gernika, voy a ver si le meto un par de pinceladas para mejorarlo...




Reescribir las Historias.

jueves, 20 de septiembre de 2012
Va a hacer un año que fui a Zamora. Como amante de la Edad Media y sobre todo del Cid, no podía irme sin visitar el famoso "Portillo de la Traición", donde Vellido Dolfos traicionó -de ahí el nombre- y dio muerte a Sancho II el Fuerte, quien intentaba hacerse con la plaza del Duero. Pues bien, resulta que ahora la Historia no era así. Mil años pensando que sucedieron así las cosas y no, hemos vivido engañados. Qué sorpresa fue la mía al ver que -desde mi anterior visita a esta ciudad- ya no había "Portillo de la Traición", sino de la "Lealtad".

Le dí una muy pequeña menor importancia, sobre todo porque "traición" hoy en día es un tabú bastante gordo que hay que evitar emplear. Si los zamoranos quieren vivir engañados, allá ellos. Pero la semana pasada, compré cierta "revista" de Historia, de estas que te venden artículos a lo best seller, es decir, buscando más bien la curiosidad y el mito que los hechos tales y como fueron, que a su vez sirve de trampolín para vender libros de pseudo-historiadores que escriben usando Wikipedia como fuente. Compré la "revista" porque trataba de la Reconquista, no por otra cosa. Y empecé a leer.

Habla de Pelayo. Pero es que resulta -que al igual que con el Portillo zamorano- hemos vivido en una mentira durante mil y pico años. Y es que estos investigadores tan prestigiosos y conocidos han descubierto que Pelayo ni era noble, ni visigodo, ni noble, ni nada de eso. No saben lo que fue, pero saben lo que no fue. Suena un poquillo raro...

Obviamente -al hablar de la Reconquista- tienen que tratar la llegada musulmana. Nada de invasiones ni de traiciones del conde Don Julian, ni de los hijos de Witiza, ni el obispo Oppas. Hoy ya no se habla de traiciones, sino de sucesos. Pasó porque sí, sin causas. Los árabes pensaron "ey ¿esa tierra de ahí arriba que hay gente raruna qué será? Vayamos a verlo". Y como les gustó la piel de toro, se quedaron.

Pero... ¿de dónde se han sacado ahora que todo esto no fuera verdad o no sucediera así? A finales de los 60, lo bueno y guay en la Universidad es ser antisistema -más o menos como hoy en día se sigue siendo-. ¿Y qué sistema teníamos? ¿Y cómo podía ser un historiador antisistema? Cuestionando y atacando los pilares en los que se asentaba el régimen franquista, es decir el Nacionalismo español, empezando por las gloriosas gestas de la Reconquista, a la cual se vinculó la Guerra Civil y la Cruzada de Liberación. En resumen: Un historiador marxista y antifranquista tenía que ser anti-Reconquista.

Es en los 70 cuando la historiografía marxista española empieza a cuestionarse el propio término "Reconquista". Entre muchos argumentos, el más utilizado es que "no hubo Reconquista porque a ellos no les conquistó nadie". Claro, si es que los musulmanes llegaron y como les gustó el asunto, se quedaron.

¿Hubo Reconquista? Sí. Por el mero hecho de que no sólo significó tomar territorios que ahora estaban en otras manos, sino recuperar la unidad política de la Península Ibérica y sobre todo espiritual. Es por eso, que en los Beatos se presente la invasión -nada de llegadas por que sí- musulmana como el Apocalipsis. Significó la pérdida de la cultura y valores occidentales y cristianos. La gente que quedó en la Cordillera Cantábrica luchó por recuperar su cultura occidental, para lo que tuvieron que luchar e intentar expulsar a los moros. 

¿Y Pelayo? Si bien es cierto que su origen no es del todo seguro y discutido, lo más lógico es que tuviera algún tipo de relación con la nobleza visigoda. Si no, no se podría explicar la unión matrimonial de su familia con la del dux Pedro de Cantabria, noble local y que -lógicamente- no iba a querer relacionarse con un cualquiera, y más en una sociedad que seguía siendo matriarcal.

¿Y qué me dices entonces del Portillo zamorano? Vellido Dolfos, pese a quien le pese y aunque los zamoranos quieran tener un héroe local que luchó por la libertad y contra los tiranos, fue un traidor. Vellido Dolfos, al haber ofrecido sus servicios a otro señor feudal -rey además en este caso- tuvo que jurar un pacto de fidelidad; ante Dios y sobre los Evangelios -como era costumbre-. Al dar muerte a su señor y romper la fides, según el Liber Iudiciorum, se traicionaba tanto al señor feudal como a Dios. Vellido Dolfos cometió traición, justo lo contrario de la lealtad.

Al igual que también hay que hablar de traición en el caso del conde Don Julián y del obispo Oppas, quienes rompieron su pacto con Rodrigo y no sólo permitieron y facilitaron la entrada bereber en Hispania, sino que en medio de la decisiva batalla de Guadalete, cambiaron de bando y apoyaron con sus ejércitos privados a las tropas de Tarik. Aparte de eso y para redondear el asunto, en el IV Concilio de Toledo (633) se prohibió pedir ayuda extranjera en las luchas entre visigodos.

Cada vez hay más casos de historias reescritas. Empezó con la historiografía marxista en los últimos coletazos del Franquismo y la (des)Memoria Histérica ha ayudado a avanzar el proceso. Contar las cosas como fueron o como tradicionalmente la Historia ha dicho que fue, implica ser un mentiroso nacionalfascista. Ahora lo que hay que hacer es buscarle tres pies al gato y cinco al perro. No basta con que la propia fuente primaria diga que ese hecho fue así, pues la fuente miente porque busca intencionalidad y justificación política -salvo que la fuente sea musulmana, faltaría más-. Es más fácil creer en lo que no pasó que en lo que pasó.

Cuidadín con lo que leemos y con lo que la tele nos mete con embudo cada semana...