España: ¿Moda o Sentimiento?

viernes, 30 de julio de 2010
El Mundial... ¿Qué tendrá ese evento deportivo que hace que cada cuatro años saque de todos nosotros ese patriotismo oculto plasmado en vestir con camisetas de España, adornar con banderas balcones, terrazas y coches o gritar a los cuatro vientos que uno es más español que otro? Cada dos años -si tenemos en cuenta la Eurocopa- se puede llevar por la calle una bandera de España sin tener que soportar gritos de facha, fascista, franquista y demás sinónimos o -exagerando los casos- sufrir esputos y arrojamientos de objetos.

Se podría decir que «toda España está ocupada por banderas... ¿Toda? ¡No! Una Comunidad poblada por irreductibles vascos resiste todavía y siempre al invasor. Y la vida no es fácil para las guarniciones de españoles en los reducidos campamentos de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava...» Sí, obsérvese la similitud de nuestro caso con el narrado por Goscinny y Uderzo en sus celebérrimos comics de Astérix... ¿Ah no? Mientras el Lehendakari anuncia la apertura vasca hacia el resto de España programando partidos del combinado nacional en Euskadi y otros eventos similares, los irreductibles, los nacionalistas señores Urkullu y Anasagasti al frente declaran en público y sin tapujos su preferencia por selecciones extranjeras rivales de la española antes que por esta última. Con semejantes políticos, ¿quién es el guapo que osa colgar de su balcón una rojigualda o salir por la calle con la elástica nacional? Pero sólo de España, porque de Italia, Brasil, Argentina... bien de ellos. Y yo me pregunto: ¿De ser considerado España en estos lares una nación extranjera al igual que Brasil o Italia, por qué no se pueden llevar sus colores? Dichoso país...

En fin, volvamos a España... Como ya he mencionado antes, es el Mundial ese evento que saca de todos nosotros el sentimiento más patrio, tanto que incluso la gente de izquierdas -de toda clase, desde anarquistas a comunistas pasando por republicanos o federalistas- se deja llevar por la moda y cuelga de su balcón la más que vistosa enseña nacional o cambia sus atuendos negros con una "A" gigante por otra roja con el escudo de la R.F.E.F. Pero... ¿esto no va en contra de su ideología?

Por debajo de este grupo se sitúan las niñas de 15-16 -o 25 si son retrasadas-, las pijitas y guapas, las que intentan aparentar 22 a base de maquillaje barato pero que aparentan una lástima de padre y muy señor mío. Sí, son ellas las más españolas de todas, las que más entienden de fútbol, la que se conocen la alineación a la perfección pero que luego les preguntas por Zarra, Amancio, Iríbar y un largo etcétera y te miran como si llevaras ropa de segunda mano -oh, que horreur-. Son ellas las que se tragan todos los partidos de la selección, incluso un España-República del Mondongo amistoso, pero que no dejan de ir de shopping mientras retransmiten un Alemania-Inglaterra, un Holanda-Brasil o un Alemania-Argentina. Edad del pavo, sin más comentarios.

Para colmo, la primera derrota frente a Suiza.Tras el fantástico debut -bien merecida pese a los intentos de diarios sensacionalistas de demostrar lo contrario y pese a la nueva moda de desar morir a los suizos-, ya todo es negativo: Que si no vamos a ganar, que si somos muy malos, que si nunca pasamos de cuartos, que si la culpa es del seleccionador... Críticas por todos los que horas antes veían levantando la copa a Casillas. Para eso, los argentinos, han sido no eliminados, sino humillados y llegan a casa arropados por patriotas de verdad -no unos que se dejan llevar por la moda- que están en las buenas y en las malas, pidiendo la continuidad de Maradona. De haber sido aquí, lo primero sería pedir la cabeza de Del Bosque, lo siguiente no reconocer nuestro error explicando los fueras de juego, las faltas y los penaltis que pudo haber y por último los comentarios de «esto ya lo sabía yo, esto es como siempre, siempre igual, no pasamos de cuartos...» realizados por los más patrióticos que nadie, acompañado de la desaparición masiva de elementos relacionados con la Selección. Chapeau para Argentina.

Harto llegué a estar del dichoso Mundial, de no ver más que fútbol de España, gili-reportajes y a la Belén Esteban. ¿Y la crisis? ¿Y los problemas sociales? ¿Para qué? Señores, ¡hay fútbol! Eso sí, luego Nadal gana su segundo Winbledon y ¿dónde están las banderas? ¿Que hay mundial de baloncesto? ¿Y qué? ¿Acáso esos no son españoles? Hemos ganado mundiales de Fórmula 1, de motociclismo en todas las categorías, baloncesto, balonmano, fútbol-sala, hockey, tenis, waterpolo, el Tour, la Vuelta y un larguísimo etcétera y... ¿dónde están las banderas nacionales? Conclusión: Ser español es una moda pasajera y barata condicionalda única y exclusivamente por el fútbol, teniendo en la selección española -que no "la Roja" puesto que ese epíteto ya está en posesión de una tal Dolores Ibárruri- su máximo exponente.

Ahora hay una ley antitaurina, todos los españoles pasando, la crisis sigue, qué más da, un mundial de baloncesto en un mes, los sub-19 jugando una final... Somos campeones de fútbol, ¡olvidemos todo lo demás! Con la victoria, ¡soy más rico! Ah no, que yo no gano nada de las primas del Mundial...
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