El Gran Circo de la Semana Santa

jueves, 13 de mayo de 2010
La Semana Santa son esos cuatro días de fiesta perdidos en el mes de Marzo o de Abril según la disposición de los astros. Se supone que son días de recogimiento, devoción, pasión, espiritualidad, abstinencia, expiación, penitencia… en los que se conmemora la muerte de Cristo; muerte para la salvación de la Humanidad.

Ahora bien, la teoría es toda muy bonita; pero ¿dónde queda el recogimiento, la espiritualidad, la abstinencia y sobre todo la penitencia? Si se busca el término “Semana Santa” en cualquiera de los buscadores de Internet, todos coinciden la gente –por no llamarlos penitentes- disfrazada. Sí, disfrazada., pues es en lo que se están convirtiendo estos días tan sumamente sacros: En el segundo Carnaval del año. Éste está concebido como el último día de excesos antes de entrar en la Cuaresma, un día también festivo en el que la gente comete excesos y se disfraza en una tradición completamente pagana. La Semana Santa es igual. La gente se preocupa más bien en disfrazarse y salir presentera en procesiones, procesiones que cada vez se asemejan más al Entierro de la Sardina carnavalesco.

Si son días de fiesta es por ser una semana de luto, luto por la muerte del Hijo que dio su vida por la salvación de los hombres. Así pues, como si se tratara del luto por un ser querido, son unos días de oración, penitencia y lágrimas, no de vacaciones y playas. Si hay “fiestas” es por un significado puramente católico, por lo que alguien no creyente, no cristiano o atea debería atenerse a sus ideologías –tan respetables como las demás- y seguir con sus menesteres del día a día como el resto del año, y no ser el primer hipócrita y tomarse unos días de relax. ¿O acaso tomamos nosotros vacaciones por el Ramadán o por la Pascua Hebrea?

Lo más llamativo son las procesiones, las cuales cada día se asemejan más a un circo. Se trata de imágenes santas que desfilan como si de animales se tratase, sin ningún ápice de respeto y mucho menos aún devoción. Son animales a los cuales acompañan los payasos –en el buen sentido de la palabra- de los hermanos cofrades disfrazados, más preocupados en aparentar y ser bien vistos, y sin dudar en momento alguno de romper la formación y el protocolo por saludar a algún conocido, que aunque se trate de un conocido sin mucha relación, que mejor momento este para retomarla, demostrando así esa gran prepotencia por poder salir en procesión. Tal es el extremo alcanzado por el ser vistos que los hermanos de escolta –por el hecho de en su mayoría llevar el rostro cubierto imposibilitando así ser reconocidos- son cada vez más escasos, pudiéndose asimilar así pues –dentro de este circo semanasantero- a los linces, es decir en peligro de extinción. ¡Qué bonito es disfrazarse de hermano de carga con la jeta bien al aire para poder al día siguiente recibir halagos por parte del carnicero! ¿Y el orgullo que se siente por poder darte un paseo disfrazado y que te vea la vecina? ¿Orgullo? Yo siempre pensé que se trataba de una creencia personal, un acto de devoción, promesa y penitencia. Las madres con esos aires de superioridad viendo pasar a su nene que –aunque no tenga ni edad para llevar una bolsa con incienso (ya puestos que haga algo útil), bien que desfilan como hermanos de carga -¡cómo va a salir de escolta! ¿Y si no lo reconoce la otra vecina?-. ¿Qué la procesión queda sin luz apenas porque no hay gente para llevar cirios? Qué más da mientras al nene se le vea bien elegante...

Dejando ya de lado el desfile circense, es tiempo de fijarnos en nosotros, el público. No nos engañemos, si vamos es sólo por el espectáculo, por no ser el bicho raro que no ve estas cosas. Eso sí, vamos, pero el respeto se entretiene por el camino… Muchos hay que no les importa cruzar por medio de una procesión. Se puede ir por otro sitio a 5m, claro que sí, pero todos sabemos que la línea recta es más corta incluso habiendo en nuestro paso un Nazareno o una Dolorosa. Es en esta época cuando todos somos religiosos y devotos; apostólicos, católicos y romanos. Nos volvemos locos por ver estos desfiles pero… ¿qué pasa con los 359 días restantes? Quita quita… que en las iglesias estas te entran unas úlceras… Corre el rumor de que existe gente que en esta semana incluso va a misa, pero debe de ser una leyenda urbana...

Foto: Cristo del Humilladero
(Cáceres)
GEM
©
Así pues, un servidor seguirá esperando a que este circo acabe, circo en el que no sé cómo todavía tienen ganas de demostrar su fervor religioso saeteros y penitentes de verdad –esos que, cara cubierta y despreocupados por el qué dirán, cargan pies descalzos y encadenados una cruz por las frías calles-. Y lo peor es que al paso que vamos, la solución que se tomará –si es que algún año se llega a tomar- será lo propuesto por Lutero hace 500 años: Anular las representaciones de Santos, Vírgenes y Cristos, para frenar la transformación circense del cristianismo. Pero mientras las autoridades puedan hacer gala de pomposidad en cada procesión, ¿a quién le importa?
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6 comentarios:

Fer at: 1 de noviembre de 2010, 10:59 dijo...

No se si te das cuenta de que eres un Payaso! Si eres ateo, dedícate por lo menos a no insultar ni dirigirte a cosas que no van con tigo.

{ GEM } at: 1 de noviembre de 2010, 15:45 dijo...

Te equivocas amigo, no soy ateo, es más, soy hermano de una de las Cofradías más antiguas e importantes de Cáceres...

Yo no he ni insultado ni faltado el respeto a nadie, es una mera opinión, en cambio tu "eres un Payaso!" sí es un insulto y una falta de respeto, a la vez que demuestras no tener nada de educación ni asimilar que otra persona puede tener otras ideas...

{ Camino } at: 1 de noviembre de 2010, 15:57 dijo...

Vamos a ver...a mi me parece que en la entrada se demuestra que es un pensamiento todo lo contrario al ateismo. Es más, se dedica a comentar (por si acaso no sabes leer entre lineas, o tu incultura no te lo permite) la falta de respeto que tienen algunas personas hacia esta etapa de paz y recogimiento. Creo que tiene toda la razón en lo que dice (es más, yo también soy cofrade, por lo que sé de lo que hablo) asi que realmente no sé porqué te sientes ofendido.
y sin insultar, que creo que da su opinión, igual que tú darás la tuya.

Anónimo at: 2 de abril de 2012, 12:15 dijo...

Estoy totalmente de acuerdo. Ayer me daba vergüenza ajena ver la Procesión del Silencio. Sí, la Procesión del SILENCIO. Y ahí había de todo menos silencio. Niñatas y niñatos de 12-13-14 años que, falsificando el permiso paterno, se echaron el paso al hombro. ¿Qué pasó? Pues que no podían con él. Es obvio. Eso era un pitorreo. La gente iba, venía. Se salían del desfile cuando les venía en gana, y no volvían a aparecer. ¿Hermanos de escolta? Ni uno. Yo juraría que otros años ha habido un montón. Lo mejor es ir TODOS, absolutamente TODOS, con la cara tapada, como se hace en la Procesión del Amparo, en la de las Batallas y en la de la Expiración (salvo niños pequeños), por ejemplo.

{ GEM } at: 2 de abril de 2012, 12:45 dijo...

Supongo que eres de Cáceres no? Si es así, a mí ayer también me dió vergüenza ver la procesión de Nuestra Señora de la Misericordia (aunque sea la misma Hermandad que hace la del "Silencio" o la "Madrugá", ésta es el Jueves, no ayer).

Yo hace años salía en esa de hermano de escolta. Ya viendo el percal, da tanta pena y vergüenza en el Circo que se ha convertido dicha procesión, que no he vuelto a ir.

Cuando la Semana Santa sea cosa de devoción, seguramente vuelva; mientras sea cosa de aparentar y sentirse superior por el mero hecho de procesionar, me seguiré quedando al margen.

Anónimo at: 2 de abril de 2012, 19:30 dijo...

Sí, soy de Cáceres, y soy hermano de la Cofradía del Nazareno, que hace la procesión del Silencio (Domingo de Ramos tarde) y la procesión de la Madrugada, además de hermano de la Cofradía de la Expiración. Y es una vergüenza. Al menos, en la Expiración somos más bien pocos, y vamos todos tapados (excepto niños pequeñitos) y todos aportamos algo para ayudar, nunca para aparentar. Hasta que se apunten canis de 12-13 años. Tiempo al tiempo...

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